viernes, 13 de noviembre de 2009

LA PESADILLA DE TENER CARRO

El que hasta hace poco tiempo era el sueño dorado de muchas familias colombianas, tener un carro, terminó convertido en una auténtica pesadilla por cuenta de las múltiples trabas y obstáculos que buscan limitar su utilización pero no su tenencia. Las altas sumas recaudadas por diferentes conceptos y el alto número de familias que directa o indirectamente obtienen su sustento de los carros explican perfectamente esta aparente incoherencia.

A los costos naturales como los caros y malos combustibles, el aceite, el lavado, los seguros, las llantas y el mantenimiento deben sumarse otros que se han inventado para desestimular el uso de los carros y de paso enriquecer a unos cuantos afortunados cuyo único mérito, con pocas excepciones, consiste en ser compadres de este o aquel alcalde.

Por un lado el gobierno subsidia el crédito para impulsar la venta de vehículos, con el objeto de proteger el empleo que genera el sector, tarea necesaria, pero por otro se limita seriamente su utilización con medidas no siempre bien estudiadas y analizadas, de las que resulta un solo damnificado: el automovilista, obligado a pagar cuantiosas sumas por un bien que no se le permite utilizar. Algunas autoridades ante la presencia de problemas complejos, como el de la movilidad, no elaboran alternativas, no hacen ningún esfuerzo por resolverlos, simplemente apelan al cómodo y facilista expediente de prohibir, limitar o restringir, como si la idea fuese diseñar tres problemas para cada solución y no al revés.

Tenemos una amplia colección de medidas muy bien presentadas y adornadas, barnizadas de verde, necesarias claro, como la preservación del medio ambiente, el aumento de la movilidad, la garantía de que los vehículos que circulan están en buenas condiciones mecánicas, la recuperación de la malla vial y otras muchas que harían interminable la lista, que a la postre resultan ser meras banderas que se agitan para justificar buenos negocios. No existe una sola medida relacionada con la tenencia y uso de automóviles que no resulte en una abultada ganancia para alguien.

El famoso RUNT, por ejemplo, concesión otorgada a un grupo de particulares, nació torcido, sigue torcido y es poco probable que en el futuro inmediato se enderece, lo que no fue obstáculo para que por todos los medios se nos informara que el no registro de los vehículos ocasionaba una multa de 963 mil pesos, ni lo ha sido para que las tarifas de los trámites se incrementen en proporciones más que significativas en muchos casos.

Es claro que no se puede cobrar por un servicio que no se presta o que se hace de manera deficiente. Que posterguen la entrada en operación del sistema, ya estamos acostumbrados a los aplazamientos, pero que no nos cobren por lo que no nos dan, máxime cuando los afortunados dueños de la concesión reciben del Ministerio de Transporte el 91% de los derechos económicos de las tarifas por ingreso de datos al RUNT y por expedición de certificados de información. Para ellos no aplican las multas.

La revisión técnico-mecánica y de gases, que pretendía garantizar el buen estado mecánico de los vehículos que transitan en el país, resultó ser un verdadero fiasco. A estas horas y según reporte de las mismas autoridades, faltan más del 50% de los vehículos por cumplir con este deber mientras un alto porcentaje de los certificados son falsos o se han expedido sin realizar la respectiva revisión. La solución consiste en montar retenes y puestos de control para exigir la presentación del documento, a solicitud del ente que agrupa a los Centros de Diagnóstico Automotor, controles pagados con los dineros de los contribuyentes. No debemos pues esperar que la accidentalidad por fallas mecánicas disminuya, lo que debería ser el objetivo principal de la medida.

La razones por las cuales se ha incumplido la norma, sin que ello justifique a los automovilistas tramposos, nacen desde el mismo momento en que se empieza a aplicar la medida, que se aplazó en repetidas ocasiones por física falta de planeación, lo cual llevó a una total pérdida de credibilidad en el proceso. No tienen autoridad moral para exigir cumplimiento, por eso tienen que acudir a la cacería indiscriminada. No se aplicó ninguna multa a los responsables de semejante desorganización.

Los puestos de control de emisiones que montan todos los días son solo la confirmación de que la famosa revisión no funciona, que los 115 mil pesos que cuesta para un automóvil particular son un despilfarro. De todos es bien sabido que el mayor porcentaje de partículas contaminantes es producida por el transporte público que utiliza diesel, no por los automóviles, sin embargo son estos el objetivo de los tales puestos. O sobra la revisión o sobran los puestos de control. Y falta conciencia sobre la necesidad de mantener sincronizados los vehículos.

Los parqueaderos, otro asalto al bolsillo de los infelices poseedores de automóvil, legalizado mediante decreto firmado por el alcalde de Bogotá, al que ni siquiera la orden perentoria que le dio el Tribunal Administrativo ha sido suficiente para que habilite las bahías de parqueo, cerradas hace 10 años de un plumazo pero que para su reapertura requieren de un larguísimo proceso de inventario, pintura, retiro de señales de prohibido parquear, determinación del tipo de cerramiento, demarcación de espacios de parqueo, identificación de cupos para personas con discapacidad, instalación de las señales que autorizan el estacionamiento y otras maravillas de la planeación, lo cual le garantiza a los señores de los parqueaderos una buena temporada de abusos y de jugosas utilidades.
Los patios, karma que debe pagar el automovilista vaya uno a saber porqué, cuyo mal funcionamiento ameritó que la Contraloría de Bogotá enviara un control de advertencia a la Secretaría de Movilidad, son la suma de la cacería desatada, el clímax de la pesadilla. Según la Contraloría, tanto en Álamos como en Fontibón “Hay situaciones que ponen en riesgo las finanzas del Distrito y la adecuada prestación de dichos servicios” Tales situaciones se refieren al mal estado del patio, en el caso de Fontibón, y a la cesión sin autorización de partes del contrato a otras firmas, en el caso de Álamos.

En el 2007 el Distrito recibió solamente 37 millones de pesos de ingresos por inmovilización de vehículos en el patio de Fontibón mientras el concesionario obtuvo por el mismo concepto 1679 millones de pesos. El mismo día en que la SDM suscribió el contrato con Ponce de León (26 de diciembre del 2007), se firmaron adendos modificatorios para subir las tarifas del servicio de patios hasta en un 200 por ciento, incrementos que favorecieron, obviamente, al contratista, según denunció el Concejal Andrés Camacho.

Las grúas son un caso aparte, una verdadera aberración. En su prisa por llevarse los carros los enganchan de cualquier manera, lo cual les ocasiona costosos daños por los que nadie responde. Es frecuente verlos detenerse una o dos cuadras más adelante a asegurar los carros mal enganchados, muchas veces sin la presencia de los agentes de tránsito que ordena la ley.

El cupo de la grúa consiste generalmente en un vehículo que llevan en la plataforma, otro que va colgado y una moto. Sobra decir que a cada uno le cobran como si su vehículo fuera el único transportado. Negocio redondo en el que participan agentes de tránsito, una tripulación que opera en segundos, como si se estuvieran robando el carro y los dueños de las grúas, que son los mismos operadores de los patios. El consorcio Ponce de León posee 40 de las 68 grúas que trabajan para el Distrito, grúas cuya estructura debe ser revisada ya que constituyen una trampa mortal en caso de choque por detrás debido a que en estos casos la plataforma actúa como guillotina.

A pesar de haber sido ordenado por ley el aumento de los límites de velocidad, es común ver a los agentes tanto de la policía de carreteras en todo el país como de tránsito en Bogotá, escondidos, cazando radar en mano a cuanto automovilista les de la oportunidad, sin considerar siquiera la calidad de la carretera por la cual se transita, simplemente aprovechan la lentitud y negligencia de los encargados de la reglamentación de la ley para hacerse unos buenos pesos. Los continuos roces entre los agentes de tránsito y la ciudadanía son un indicador claro de que algo anda mal en la forma como están desarrollando sus funciones unos y reaccionando los otros y que es urgente tomar medidas al respecto.

Lo mismo ocurrió cuando se ordenó transitar por las carreteras con las luces encendidas, norma que desató una verdadera oleada de multas sin que a la fecha se haya informado de estadística alguna sobre la bondad de la norma y menos sobre el destino de las sumas recaudadas. Una verdadera fábrica de comparendos en la que las autoridades aportan la mano de obra y los automovilistas el capital pero sin recibir ninguna verdadera utilidad. Lo de la doble línea amarilla y la imposibilidad para adelantar en los únicos sitios donde es prudente hacerlo bien podría hacer parte de una antología del absurdo.

Un modelo de transporte basado en el automóvil particular es ineficiente y costoso en términos de externalidades, se requiere utilizar los carros de manera racional y limitar su utilización, pero de ninguna manera el automovilista debe ser tratado como delincuente, perseguido ni asaltado a instancias de cierto grupúsculo de fanáticos para quienes prohibir y satanizar se convirtió en moda. Hay que pensar en soluciones, no en crear más problemas.

La reducción de impuestos proporcional al tiempo que no se permita utilizar los vehículos es un mecanismo que obligará a los alcaldes a pensar, a dar opciones y a ser más cuidadosos y menos facilistas a la hora de decidir sobre el tema, por eso es necesario desarrollarlo, para que haya ponderación de las consecuencias de tales medidas y respeto por quienes aportan sumas importantes para los fiscos municipales y departamentales, los automovilistas.

lunes, 26 de octubre de 2009

BOGOTA POSITIVA O LA ESTRATEGIA DEL CULEBRERO

A las múltiples y consecutivas equivocaciones de la alcaldía de Bogotá en el manejo de la movilidad se le suma otra alcaldada de consecuencias muy graves para la ciudadanía debido al cuello de botella que forma. Por cuenta de la disputa con la Federación Colombiana de Municipios, el alcalde decretó el cierre de 12 de los puntos de atención del SIMIT, dejando solo dos para el pago de los comparendos nacionales, por lo que a la doble línea amarilla, la cacería de los radares, los huecos, el invierno, el Ministro y el foco de corrupción en que se convirtió la revisión técnico-mecánica, debe sumarse ahora la casi imposibilidad para pagar los comparendos, como si lo que se pretendiera fuera utilizar a su obligada clientela como medio de presión en un conflicto del que no tiene la menor culpa.

El argumento empleado en esta ocasión es que el artículo 10 de la ley 769 de 2002, Código Nacional de Tránsito y Transporte establece: “Parágrafo: En las dependencias de los organismos de tránsito y transporte de las entidades territoriales existirá una sede del SIMIT.” Este es un ejemplo claro de la aplicación de la ley a rajatabla, carente de toda sindéresis, decisión en la que priman el capricho y la arbitrariedad, no el interés general. No se le ocurrió que una ciudad de 8 millones de habitantes requiere unas condiciones especiales de administración, que debería conocer. La ley también prohíbe el engaño y sin embargo nos embaucó a todos. Sobra decir que no prohíbe la existencia de puntos de atención suficientes.

Son 26 mil los usuarios que mensualmente acuden a estas oficinas, pagadas y mantenidas por el SIMIT, no por la alcaldía, lo que convierte esta medida en un costoso berrinche con cargo al tiempo, el dinero y la paciencia de los automovilistas. Que enmienden semejante despropósito el alcalde o el secretario de inmovilidad, ya, y que tengan respeto y consideración por quienes les pagamos el sueldo. La defensa de los dineros de los bogotanos debe hacerse utilizando la inteligencia e instrumentos jurídicos, no exasperando más a la gente.

Y eso no es todo: el fallo del Tribunal Administrativo de Cundinamarca que ordena el pago de los dineros prohíbe al Ministerio de Transporte la asignación de especies venales, que es como se denominan las codificaciones que asigna el Ministerio de Transporte para las placas, licencias de tránsito, licencias de conducción y certificados de movilización. Es decir, si usted necesita efectuar alguna de estas operaciones no podrá hacerlo hasta que se resuelva la cuestión, lo que podría demorarse un poquito.

Los perjuicios que este absurdo le ocasione no son de incumbencia de la alcaldía sino suya, así que callado y juicioso tendrá que caminar ya no de una ventanilla a la otra sino de un sector a otro de la ciudad, lo cual le permitirá conocer de primera mano la Bogotá Positiva, más incluyente, emprendedora, productiva y con más oportunidades de empleo, más segura y amable, con educación, salud, cultura y recreación para todos y todas, con un ambiente sano, mejor movilidad y servicios de transporte que nos prometió don Samuel, la misma en la que el corredor de seguros que utilizó como propaganda en su campaña nos decía: ¿Quién gana si gana Samuel? gano yo porque podré seguir usando mi carrito para ganarme la vida. Si gana Samuel gana usted, si gana el pasado perdemos todos: Y resultó ser exactamente lo contrario, si ganó Samuel pero perdimos todos los demás, perdió Bogotá.

Estrategia de culebrero, con una diferencia, los ungüentos contra la calvicie y la impotencia y las pócimas de amor que estos vendían no producían efecto alguno, por lo que eran técnicamente productos sanos, mientras los de este son un verdadero peligro por lo inútiles, improvisados y arbitrarios.

Ahora, ojo automovilistas, anda con la idea de prohibir un solo pasajero en los vehículos particulares. Como harán los padres que llevan hijos al colegio, ¿se devuelven con uno de ellos? Y los que solo llevan uno, ¿se quedan durmiendo en el carro hasta la hora de salida? ¿le pondrá pico y placa a los colegios o a los niños? y los que necesiten dejar un enfermo en la clínica, ¿se internan con él hasta que salga?

Al paso que vamos tendremos que aprender a montar a caballo y a conducir zorras, esos peligrosos vehículos que transitan por donde les da la gana, no tienen pico y placa, no pagan impuestos, no reciben comparendos, ni siquiera pedagógicos, y funcionan con un motor de un solo caballo que se acelera con látigo y madrazos, combustibles, eso si, mucho más limpios y baratos que la gasolina y el diesel. Claro que los caballos expulsan CO2, pero no le cuenten, no sea que con sus contratistas amigos nos cree un organismo encargado de medirle los gases a los animalitos.

http://www.sca.com.co

martes, 15 de septiembre de 2009

YA NO ES MORENO SINO OSCURO

A estas horas resulta bastante creíble la especie de que el alcalde Samuel Moreno simplemente está cumpliendo compromisos adquiridos con otros sectores y personas, sin importarle que su desconocimiento, improvisación y engaños nos estén costando tanto a los bogotanos, no solo al millón de automovilistas que estafó, sino, peor aún, a la gran masa que deriva directa o indirectamente su sustento de los carros.

Las cifras y estadísticas proporcionadas por entidades gremiales como Asopartes, Fedispetrol y Fenalco, entre otras, dan cuenta de una dramática reducción en sus ventas, lo cual solo tiene un desenlace posible, la pérdida de empleos, que afecta principalmente a la gente de menores recursos, a los que no tienen carro, a los que dicen proteger.

Pero todo, incluso lo más malo, como la gestión en movilidad, tiene su lado bueno. El alcalde y los otros, los que a falta de recursos y creatividad han convertido las prohibiciones y restricciones en mecanismos para gobernar, nos han hecho saber con toda claridad que no son personas competentes, que tienen poca o ninguna credibilidad y que en el futuro será mejor desconfiar de él, de sus socios y de su gestión, por mucha emisora que monte y comerciales de televisión que pague. A propósito, ¿con plata de quien?

No podía esperarse mucho de quienes sin ningún análisis ni reflexión fueron capaces de salir a decir que el recaudo de la sobretasa se había incrementado gracias al mal llamado “pico y placa,” así que lo raro hubiese sido que el tal decreto 268 hubiese quedado bien redactado, sin el “vacío jurídico” que le permite a los dueños de los parqueaderos meternos la mano al bolsillo otro poquito. Otro “error” en contra de los automovilistas, cuando no omisiones y desconocimiento de la ley, como ocurre con las bahías de parqueo. ¿sera mera coincidencia? ¿antes no pagaban IVA?

Que hagan su agosto los parqueaderos, las grúas, los patios y sus demás beneficiarios y persecutores de los automovilistas mientras puedan, porque, si de algo puede estar seguro el alcalde, es que su capital político se redujo en por lo menos un millón de votos, que es mucho más de lo que tenía. Si revocar el peor mandato de la ciudad en muchos años es tan difícil, entonces, por favor, no le pidan a este señor que actúe, déjenlo que termine su periodo y que se vaya, a menos que tengan ganas de verlo rectificar, sonriente, cada 8 días.

Y los automovilistas, o somos capaces de unirnos y de hacer respetar, dentro de la ley, nuestros derechos o pasaremos a engrosar la lista de especies extintas, ya no por el calentamiento global sino por la ineptitud y mala leche del personaje de marras y su combo y por nuestra propia apatía. Poseer o utilizar un automóvil no nos convierte en delincuentes a quienes se deba perseguir, asfixiar y explotar en beneficio de intereses particulares no siempre muy claros.


Fernando Márquez
Sociedad Colombiana de Automovilistas

DECLARACIONES CONCEDIDAS A RCN EL 5 DE MAYO DE 2008
“Por motivos de productividad la propuesta del pico y placa 24 horas no le suena mucho al alcalde de Bogotá. “Me parece que sería un golpe duro para la economía de las ciudades que adoptaran de manera permanente o en varias oportunidades el día sin carro”, dijo Samuel Moreno.”

lunes, 15 de junio de 2009

ETANOL EN ANTIOQUIA Y EL CHOCO

Algunas consideraciones ahora que se anuncia con bombos y platillos la llegada del etanol a Antioquia y el Chocó.

El estudio titulado “ESTUDIO DE MEZCLA DE GASOLINAS CON 10% DE ETANOL,” realizado por el propio Ecopetrol a través del Instituto Colombiano del Petróleo, ICP, señala, entre un verdadero cúmulo de peros que valdrían un extenso análisis, que “se han mostrado beneficios ambientales desde el punto de vista de reducción de emisiones de CO y THC, (monóxido de carbono e hidrocarburos no quemados) con aumento o reducción de los niveles de NOx que depende de la tecnología del vehículo y del combustible utilizado, pero, por otro lado, han mostrado un aumento en el RVP, (presión de vapor del combustible, medida de volatilidad) lo que aumentará las emisiones evaporativas, VOCs, una limitada tolerancia al contenido de agua de los combustibles y un comportamiento diferente con los métodos de revelado y cuantificación del aditivo marcador.”

Esto significa, en términos simples, que debido a la oxigenación de las gasolinas con etanol mejora la combustión, gracias a lo cual se logra una significativa reducción de monóxido de carbono y de hidrocarburos no quemados, que es lo que le permite a sus promotores afirmar que hay ganancia ambiental, pero el aumento de emisiones evaporativas señalado en este y prácticamente todos los estudios realizados en el mundo, tiene serias implicaciones de salud pública que requieren estudios y análisis amplios, profundos y, sobre todo, independientes.

Estos Compuestos Orgánicos Volátiles, VOCs, combustible crudo que es expulsado a la atmósfera, reaccionan con la radiación solar y producen un notorio incremento en la concentración de ozono troposférico, tóxico relacionado directamente con la morbi-mortalidad por Enfermedad Respiratoria Aguda, ERA.

En Bogotá, en el año 2005 (antes de la llegada del etanol) se hallaron 22699 promedios horarios, de los cuales 31 se encontraron por encima del valor que establece la norma. Todos estos se presentaron en la estación NO. 2, MAVDT, (Centro de Bogotá.)

Durante el año 2007 (cuando ya se estaba utilizando etanol) se calcularon 30290 promedios de una hora de O3, ozono, los cuales tienen una representatividad del 86%. TODAS las estaciones presentaron promedios máximos por encima de la norma, según información proporcionada por la Secretaría Distrital de Ambiente. ¿Que pasará en las ciudades donde la radiación solar es mayor que en Bogotá? ¿Hay estudios que muestren como se deben mitigar estos efectos nocivos? ¿Dónde están?

Los óxidos de nitrógeno, NOx, tiene un efecto invernadero 300 veces mayor que el del CO2, tan mencionado en este tipo de análisis, así que tampoco es cosa de poca monta que exista “aumento o reducción de los niveles de NOx que depende de la tecnología del vehículo y del combustible utilizado” no basta con señalar tal probable incremento, es necesario reducirlo y establecer planes de mitigación. ¿Qué hay al respecto?

Otro compuesto altamente tóxico que se produce de manera exclusiva por la combustión del etanol es el acetaldehído, que tiene el potencial para producir cáncer y malformaciones genéticas. La respuesta que han dado los Ministerios a este señalamiento (instauramos una demanda por estos hechos) es que si se produce pero en cantidades insuficientes para llegar a producir daño a los seres humanos. Vale la pena sin embargo preguntarse si el incremento de vehículos (y a futuro de la mezcla) expeliendo esta sustancia por donde transitan o estacionan no podría, eventualmente, conducir a acumulaciones peligrosas, como en los parqueaderos subterráneos, por ejemplo, sin que se haya tomado medida alguna para mitigar el efecto perjudicial del acetaldehído y demás tóxicos producidos y menos aún, se haya informado a la comunidad sobre sus riesgos. Y no lo harán por el efecto perjudicial que tendría para la comercialización de su producto.

Es más fácil engañar a la gente llamando “biogasolina” a la mezcla de 90 partes de hidrocarburos con 10 de un combustible de origen biológico que llamar a las cosas por su nombre y obrar de acuerdo al sentido común y el verdadero interés general, todo en aras de expandir un negocio que poco o nada aporta ambiental, mecánica o socialmente y cuyo único y probado mérito consiste en reportar inmensas utilidades a sus productores, ayudados por los errorcitos del gobierno al diseñar las fórmulas mediante las cuales se calcula el precio por galón de etanol, como lo demostró recientemente el Profesor Kalmanovitz, lo que se tradujo en una reducción de más de 1500 pesos por galón y el anuncio subsiguiente de que en el futuro próximo tendremos que utilizar mezclas E85, es decir, 85 partes de etanol y 15 de gasolina para mantener así contentos a los productores, sin importar que estos combustibles estén lejos de ser una verdadera solución.

Estas son algunas de las razones por las que la Unión Europea esta revaluando sus metas de utilización de biocombustibles y ha exigido a varios países, Colombia entre ellos, la implementación de un sello de calidad ambiental, que garantice, entre otras cosas, que no habrá tala de bosques, cambio de destinación de las tierras de cultivo, desplazamiento ni asesinatos de los poseedores de tierras aptas para estos cultivos, como ocurre en Curvaradó y Jiguamiandó, en el Chocó. Difícil que tal sello se pueda implementar en el país o que garantice efectivamente que ninguna de estas situaciones se seguirá produciendo.

C. Fernando Márquez M.
Sociedad Colombiana de Automovilistas
Director Ejecutivo

miércoles, 1 de abril de 2009

APROBADO PROYECTO DE LEY QUE BUSCA TUMBAR EL PICO Y PLACA DE MÁS DE 7 HORAS

Como que despues de todo Samu-el pasara a ser Samu-el-oso

En la Comisión Primera de Cámara fue aprobado el proyecto de ley de autoría del representante Nicolás Uribe, por medio del cual se prohíbe limitar los derechos fundamentales de los ciudadanos a través de restricciones vehiculares por más de siete horas, tal como lo dicta la medida del alcalde Samuel Moreno que implementó un Pico y Placa durante todo el día, pasando de 6 a 14 horas diarias.

“Con este Proyecto estamos protegiendo, solamente en Bogotá, a cientos de miles de ciudadanos que han perdido el 40% de sus ingresos por cuenta de una restricción que además de ser ineficaz con la movilidad viola al menos tres derechos fundamentales: al trabajo, a la libre empresa y a la libre circulación”, afirmó el Representante.

En la práctica, de aprobarse este proyecto en los tres debates restantes, el Alcalde de Bogotá deberá replantear de manera obligatoria la implementación de un pico y placa de todo el día y las demás ciudades de Colombia no podrán implementar una medida de restricción vehicular como la que actualmente existe en Bogotá.

sábado, 28 de marzo de 2009

SAMUEL, NO MAS MENTIRAS

Soy uno de los ilusos e incautos que creímos en las palabras de Samuel Moreno (“ni un minuto más de pico y placa”) y que además puso a una buena cantidad de personas a votar por él. Que pena con ellos, tarde descubrí que este es solo uno más de los tantos mentirosos y oportunistas que pueblan este país, que se hacen elegir a punta de engaños y cuentos chimbos.

Pero la razón de esta nota no es la de lamentarme por lo que ya no tiene arreglo, solo quiero decirles que con el cuento de que el recaudo por sobretasa aumentó quedaron todos pintados de cuerpo entero, improvisadores y poco serios. ¿Como no se les ocurre pensar en lo absurdo de la afirmación? Piensen, aunque sea un poquito que eso no da meningitis. ¿No les da pena salir a decir que fue culpa del banco?

Y una cosa final: Ustedes no son los dueños de Bogotá y más temprano que tarde tendrán que irse por donde vinieron; lo bueno de todo esto es que de muchas maneras nos estamos uniendo para decirles: BASTA DE MENTIRAS Y DE IDIOTECES. No tienen idea del daño que con sus mentiras y sus arbitrariedades le hicieron a la ciudad, a la ciudadanía y al Polo. Que Dios los lleve y los deje por allá.

C. Fernando Márquez M.